domingo, 17 de abril de 2011

El séptimo arte, en la formación académica

Bastante divertido e interesante resultó el desarrollo de este artículo, muestra de mi trabajo con guiaacademica.com. Aquí se los comparto:

“Seguramente los hermanos Lumière nunca dimensionaron la magnitud tecnológica e intelectual que desataría sus proyecciones.

El acorazado Potemkin del cineasta ruso Eisenstein petrificó los ideales de la revolución bolchevique y demostró cómo un filme puede revelar sentimientos y pensamientos de un momento en la historia.

Sin embargo, que el cine sea utilizado para plasmar acontecimientos y que en ese sentido, los alumnos aprendan sobre un hecho específico no es algo nuevo.


Una nueva perspectiva para cine de ‘entretenimiento’

Pablo González Blasco, profesor español y doctor en medicina en la Universidad de Sao Paulo, enfatiza en la necesidad de desarrollar la parte afectiva de los estudiantes para formar un buen profesional.

Asimismo, este experto afirma que el séptimo arte es una herramienta acertada para enseñar sobre las cosas esenciales de la vida.

“Un médico, puede aprender a abrir un abdomen pero necesita mejorar la actitud ante la gente, además, los aprendizajes claves no se transmiten siempre con lógica sino a través del arte”, aclara.

Por otro lado, Alberto Duque López, periodista y especialista en los cine, señala como las películas son herramientas inexploradas que estimulan todos los sentidos.

“El cine incluye todas las artes y de esta forma podría constituir una forma efectiva de transmitir cualquier conocimiento”, añade.

Para Jerónimo León Rivera Betancur, jefe del Área de Comunicación Audiovisual en la Universidad de la Sabana vincular filmes a los procesos educativos en los niveles superiores sería muy positivo.

“Fomentar el cine es apostarle a que la formación de los estudiantes sea más integral, pues éste es una ventana al mundo y a sus complejas realidades, así como un espejo a las contextos más personales de cada espectador que, como en una terapia psicológica, puede sentirse identificado y verse reflejado en lo que la pantalla le muestra”, asegura.

De hecho, este experto aconseja a los docentes acercarse al cine como algo más que un medio para la diversión, que conozcan los elementos básicos del lenguaje audiovisual y que vean películas relacionadas con su objeto de estudio para estudiar la posibilidad de involucrarlas a sus procesos pedagógicos

“Las nuevas generaciones responden más fácilmente al “que sientes” que “al que piensas”, son emotivas fundamentalmente; por esta característica y el hecho de que las generaciones de los maestros sean más racionales, el cine ofrece una excelente alternativa para “emocionar” y “fascinar” a los alumnos por el conocimiento”, señala Betancur.

Bajo este contexto, las siguientes son algunas estrategias que este experto otorga a los docentes para vincular el séptimo arte a los procesos de enseñanza en las aulas universitarias:

1. Poseer un repertorio de conocimientos básicos en el lenguaje audiovisual.

2. Dejar de lado la prevención que algunos tienen frente a la tecnología y los medios de comunicación.

3. Planear las clases en las cuales se utilizará el cine, con el objetivo de que éstas no se salgan de control y la película no termine siendo sólo una excusa de entretenimiento.

4. Considerar por lo menos tres momentos: selección y visualización del material, presentación didáctica en clase y una actividad de análisis y conclusiones”.


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