¿Qué es el tiempo?

Inciando semana, en medio de las actualizaciones de mis amigos en Facebook me encontré esta serie de videos titulada: Tragedias minúsculas, seguramente ya varios reconocen estas cortas historias de esencia infausta; sin embargo quiero resaltar una de ellas que representa un análisis permanente de mis días: el tiempo y su angustiosa representación en la vida de todos los que me rodean.

Y aunque varios podrían responder con una fórmula a la pregunta del título, desde que fui a la exposición de Albert Einstein cualquier tipo de explicación argumentada matemáticamente también trascendería a meditaciones ambiguas.

Aquí se los dejo para analizar durante esta semana!

Elogio al atún

A punto de abrir mi almuerzo y con pensamiento ya de fin de semana, gracias a un viejo tweet de hermosito, me pregunto: ¿qué sería de la vida moderna sin el atún enlatado?

Y no quiero hablar de la variedad de alimentos que ahora en pequeñas latas facilitan la existencia de todos los que (como yo) carecen de talentos culinarios, y cero afinidad con la creatividad gastronómica, me enfocaré sólo en el atún.

Debo admitir que aún en mis cercanos 29 años, vivo todavía con mi mamá y es ella quien hace que tenga la energía diaria del alimento :).

De cualquier modo, pensando en mi vida futura (cercana supongo, porque la verdad, la felicidad y sobretodo la comodidad abundan en mis días en mi hogar materno y hacen alejar el: “abandonar el nido”) quiero resaltar hoy la utilidad del atún enlatado.

No podemos dejar pasar por alto estos temas tan importantes y tan trascendentales, ya que sin alimento no existiríamos y no podríamos dedicarnos a pensar en los demás temas “contemporáneos”.

Por eso hoy decidí dejar plasmado esta lista de las ventajas del atún (en lata) en la “evolución” esencial del hombre:

1. ¡Qué tengo afán! – la lata de atún no te quitará ni un instante 
2. ¡Qué no tengo plata! – lata de atún + tajada de pan = almuerzo, cena o lo que sea…muy saludable. 
3. ¡Quiero variedad en mi menú! – atún mexicano, con ensalada, italiano, en aceite, agua y hasta con jugo de limón… (eso sí es diversidad) 
4. ¡Tengo una reunión familiar! – galletas con atún + mayonesa 
5. ¡Quiero sorprender! – pasta con atún 
6. ¡Me voy de deporte extremo! – atún en agua 
7. ¡Necesito nutrientes! – atún = rico en “ácidos grasos omega 3, buenos para el corazón y para el buen desempeño neural y de las articulaciones…” (lo máximo!) 

Aunque parezca un post patrocinado, no lo es…pero, consideraré venderlo. Luego añadiré más ítems a este importante elogio, pero ya se me terminó mi almuerzo, por lo tanto mi inspiración, también.

¿Virtual o presencial?

Aquí les comparto algo que escribí el sábado, en una hoja de cuaderno - para contextualizar ya que siempre estoy dispuesta a contar mis percepciones pero nunca tengo a mi lado alguna herramienta tecnológica que me lo facilite, pero un lápiz ha resultado ser mi mejor compañero cotidiano.

Estoy en medio de la nada (y no quiero sonar otra vez existencialista), pero literalmente lo estoy (exactamente 169D con Boyacá). Acabo de salir del diplomado sobre Community Manager y afortunadamente tengo cuaderno y esfero, así que mientras espero a que mi novio llegue, sólo escribiré lo que estoy pensando, y aunque palabras, enseñanzas y dinámicas como las que la profesora Elena Benito (@ElenaBRZ ) justifican total y fuertemente estar presente en el salón de clases, quiero hoy escribir el porqué hasta ahora prefiero la virtualidad por lo menos en contextos educativos:

1. El desplazamiento: tener que pensar: mmmm ¿Y ahora cómo llego? el tema de entender “Transversal o Avenida” o cualquiera diferente a “Calle y Carrera” y las direcciones con letras después de la B se traduce en una pérdida total en las calles de la ciudad a la que he pertenecido desde que nací. Ahora, para los que no contamos con un medio propio de transporte, sea moto, carro o bici, la alternativa es entonces: acudir al Sistema público de transporte bogotana: Transmilenio que en realidad pertenece a una utópica manera de llegar a cualquier parte de Bogotá, listo entonces mejor bus, pero como no me ubico ni al lado de mi casa, ni tengo, ni entiendo una brújula esta última idea también queda desechada.

2. El “tiempo es oro”: no sé a quién le escucharía esta frase y más allá de traerla como el inicio de un libro de autoayuda como “Sea ya exitoso: no pierda su tiempo” (que por cierto detesto) creo que todos dentro de un rol de estudiantes tenemos derecho a no entender un concepto, a conversar con el compañero del lado, a viajar mentalmente a cualquier recuerdo que hacen perder nuestra concentración y preguntar a la profesora por algo que acaba de decir, incluso a participar “activamente” con comentarios que no aporten nada nuevo a la construcción del conocimiento, ¿pero cuando esto sucede todo al tiempo cada 5 minutos? Todos los derechos individuales atentan contra el tiempo colectivo destinado a aprender. Punto más, diría que varios puntos más para la virtualidad.

Bueno por el momento estos han sido los dos puntos analizados, aunque repito y aclaro que recibir presencialmente nuevos conceptos sobre Community Manager de la profesora española Elena Benito fue un gran placer y diría que opacan por ahora los dos puntos a favor de la educación virtual.

Facundo Cabral: "No estás deprimido, estás distraído"

Después de escribir sobre la felicidad, llega la terrible y absurda noticia de la muerte de Facundo Cabral (vuelve mi palabra ''absurdo(a)'' pero no por la muerte - inherente a la vida - sino por la forma en que algunas personas inexplicablemente suelen ''existir'', haciendo ruido con el mal).

La verdad sólo quiero reservar este espacio para plasmar de una sutil forma mi indignidad hacia tristes episodios como este. Sólo espero que la o las personas que deciden terminar con una bella melodía decidan repentinamente no estar más distraídos....

Aquí les dejo unas profundas palabras que nos dejó este argentino y que han generado en mis días largos análisis sobre lo que significa vivir...

‘’Perdona hermano que yo no entienda que no seas feliz en tan bello planeta…’’ Facundo Cabral... 

Unas líneas sobre la felicidad...

Especialmente hoy la melancolía ronda mi alma y seduce mis pensamientos hasta el punto de posicionar ideas existencialistas del Meursault de Camus o el Roquentin de Sartre.

Entonces algunos pensarán: un caso más de depresión. Pero no, quiero decirles que traeré a la pantalla la palabra “absurdo” para enfatizar en la búsqueda de la felicidad.

Sí, así como lo leyeron (y sé que este tema es debatible): estoy profundamente convencida que si “La náusea” aparece en la cotidianidad no es para alejarse, es para retarse, afrontarla y fortalecer un concepto real de felicidad… ¿O no lo creen así?

¿Será una utopía apropiar y aplicar las palabras de Estanislao Zuleta que elogian la dificultad?

En fin diré que para mí: leer, sentir y procesar la esencia de autores como Kafka; es decir reconocer las contradicciones, la melancolía, la tristeza y la muerte como posibilidades vitales de los días facilitará el camino hacia nuestra libertad emocional y lograr ser feliz.

A continuación les comparto una lista (fórmula) que escribí para mi clase de inglés (aclaro que no me atrevo a “ensayar” una segunda lengua por este medio) – para ser feliz:

1- Comer chocolate (todo el que pueda y en cualquier presentación)

2- Hacer ejercicio o deporte o lo que quiera de actividad física

3- Salvar (proteger, dejar en paz o la palabra que prefieran) un ser vivo (e insisto – para los que me conocen- que los zancudos entran en este punto... para las plagas se deben pensar en formas radicales de control y no las raquetas eléctricas)

4- Amar (todo)

5- Dormir (importante tener en cuenta que dormir no es perder el tiempo)

6- Soñar (indispensable para tener un propósito o motivación diaria)

7- Abrazar a tu mascota (mejores resultados si es un perrito)

8- Sonreír (siempre)

9- Escuchar la canción favorita (mejor si se canta)

10- Aprender de cada día (así sea un poquito)

11- Mirar dibujos animados

12- El más importante: tener fe 

Entre periodismo y publicidad

Las siguientes líneas pertenecen a un extenso y algo denso trabajo universitario (Maestría Comunicación Digital - Universidad Pontificia Bolivariana). Sin embargo, significan un profundo análisis en grupo (con @Pedagogovirtual y @Paulavelezcasti) sobre la ética, vinculada a mis dos pasiones profesionales: publicidad y periodismo. Sólo comparto las primeras ideas.


“La publicidad en un periódico te da más conocimiento sobre lo que está sucediendo que las noticias mismas…”, al pensar en abrir un nuevo medio de comunicación en la Web, esta frase del clérigo estadounidense Henry Ward Beecher, aunque bastante radical y debatible, en esencia creo que tiene mucho sentido a la hora de ejercer la ética desde cualquier medio que se emita un mensaje.

Ya desde la época de los años 50, el economista Arthur Cecil Pigou afirmó que la publicidad cumplía en la sociedad un papel fuertemente informativo.

“Si no fuera así muchos artículos útiles, tales como maquinaria nueva o servicios eficientes como los seguros de vida, podrían no llegar a ser conocidos por los compradores potenciales que realmente los necesitan”, enfatizó Pigou.

Por otro lado, al revisar los momentos antiglobalización, la comunicación de tipo comercial tiene una función más profunda: es señalada como la encargada de imponer estilos de vida que posicionan necesidades artificiales con pautas de consumo no sostenibles. Lo interesante es que este tipo de comunicación está revelando notables esfuerzos éticos, enfocados en la autorregulación.

En este sentido, el ejercicio periodístico no puede desconocer la comunicación publicitaria y sus avances sobre prácticas responsables para vincularla a sus acciones diarias e influir positivamente en la construcción social.