lunes, 8 de agosto de 2011

Meditaciones sobre "La ola"

Aunque ahora tengo menos tiempo para plasmar mis múltiples pensamientos y percepciones, quiero compartirles algo muy puntual que pienso hoy después de una semana cargada de situaciones que pusieron a prueba mi capacidad de ser coherente…

Debo confesar que a unas cuantas horas de cumplir 29 años, me siento feliz y profundamente en paz con todas mis meditaciones que usualmente se han traducido en acciones.

Después de mi introducción “coheliana” (enfoque que no está para nada dentro de mis afectos), simplemente quiero dejar abiertas ciertas conclusiones para debatir, relacionadas con el poder, la libertad, el respeto y la democracia desde contextos cotidianos.

Aunque evidentemente estoy influenciada con temas de trabajos universitarios, lo que en realidad motivó estas líneas fue un hecho concreto, poco trascendental (pero con una fuerte carga emocional) sobre un impulso que irrumpió mi espacio y mi libertad en medio de un panorama tranquilo e informal.

Después de leer a Manuel Castells en su texto Poder y sociedad red, en mi mente quedó grabada la frase en la que define al poder como la posibilidad de hacer algo contra alguien, haciendo real y tangible el concepto Weberiano sobre la legitimación la violencia.

Para los que hayan llegado hasta esta parte y estén a punto de abandonar este post por pensar: “y el poder ¿qué tiene que ver conmigo? Ese tema se lo dejo al Estado….”

Pues no. Este es un tema que nos vincula a todos: sí queremos revindicar las ideas como la fuente más eficaz de poder, como lo señala Geoff Multan.

Estos son mis aportes por estos días para posicionar de nuevo el concepto positivo de poder:

- Exigir una buena educación: si estoy cursando un diplomado necesito ejemplos de por qué los videos virales pueden ser la base indicada de generar contenido. ¿El video de Doña Gloria? Querida profesora, y entonces ¿dónde queda el principio básico de construir valores sociales? (Aún estoy esperando la respuesta).

- Hablar si es para edificar: siempre que se haga bajo parámetros respetuosos es vital exponer nuestra opinión. No todos debemos pensar igual (esencia democrática).

- Detenerse ante alguna representación de aspectos negativos sociales: como siempre lo he dicho: desde ningún contexto y bajo ninguna justificación se debe aceptar actos negativos o agresivos (así sea en pequeña escala), así se un juego se deben establecer parámetros para respetar y no cruzar la línea entre lo chistoso y lo ofensivo.

Aunque suelo ser extremista y exagerada, sigo firme que los valores deben fortalecerse con pequeñas acciones, sutiles palabras desde contextos pequeños: en el bus, en el trabajo y obviamente en el hogar.

Aquí les dejo el trailer de una película que vi el fin de semana y ejemplifica mejor mis anteriores letras…







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